Cofradías
Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad y de Santiago
Pasos
Autor: Ildefonso Serra.
Fecha: 1901
Iconografía: Imagen de la Virgen de la Soledad. De mirada dulce, eleva sus ojos al cielo mientras aprieta contra su pecho la corona de espinas.
Historia
HERMANDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD Y SANTIAGO , DE LA CIUDAD DE BURGOS
BREVE REPASO HISTORICO
Desde muy antiguo, el culto a la Virgen de la Soledad en Burgos ha sido una constante. Una devoción que nos habla de épocas florecientes donde la ciudad es considerada una de las más importantes, no solo de la Península, si no de la Europa del momento.
La Iglesia Madre, el impresionante templo catedralicio, sirvió de sede en su ahora desaparecida Capilla del Sto. Sepulcro a la Cofradía, y sabemos que ya en 1584 estaba establecida canónicamente bajo una regla y ordenanzas que exigían, entre otras, la celebración cuatro veces al año de una procesión con el Sacramento de la Eucaristía, el rezo de las 40 horas o la asistencia a la fiesta de la Exaltación de la Cruz, así como guardar la memoria de la Soledad de María con especial relevancia, pues a ella asistían, además de los hermanos regidos por un Prior, los músicos y cantores de la propia Seo, y es tan importante esta relación, que aún después del cambio de sede de la hermandad por no resultar cómoda su ubicación, siguen solicitando éste acompañamiento en sus fiestas importantes, permiso que siempre tuvo a bien conceder el cabildo-catedral.
En 1586 ya se encuentra ubicada en el convento de Trinitarios, y se habla de ella como “inmemorial”.
Unida asistencialmente “a la muerte”, fue costumbre que ésta freiría asistiera, junto con los frailes, a los entierros donde los hermanos eran convocados.
Organizaba la “procesión de disciplina” la tarde del Viernes Santo, teniendo como imagen central de este desfile “una Ntra. Sra. que está en una cruz negra con el sudario pendiente” y que era llevada “levantada en alto delante de todos los cofrades”.
La Cofradía de Ntra Sra. De la Soledad y la Muerte seguía en la Santísima Trinidad en 1594.
En 1729, se hallaba establecida en el Convento de Ntra. Sra. De las Mercedes, siendo una cofradía importante pues a ella pertenecía la nobleza de la ciudad, con privilegios tales como la exención de los impuestos que gravaban el vino de la Ribera que era repartido en grandes cantidades entre hermanos y porteadores en la procesión que organizaban el Viernes Santo, con los pasos de “la Soledad de María, venerada en su dolorosa imagen” y el Santo Sepulcro, talladas ambas por el burgalés Gregorio de Rivales, y que recibían culto en un mismo altar que la hermandad poseía en el éste cenobio.
En época barroca, en el convento de la Victoria regido por frailes “mínimos”, e igualmente con altar propio, “los hermanos del trabajo” custodiaban la imagen de la Soledad, y un Santísimo Cristo que llevaba ésta misma advocación.
La crisis del siglo XIX, unida a las diversas desamortizaciones llevadas a cabo por el estado, hace que desparezcan muchas cofradías, y que sus bienes sean embargados, salvándose solo aquellos que son recogidos en la Catedral o en las diversas parroquias de la ciudad. Y es en éste momento cuando desaparece la memoria de ésta histórica Cofradía que tanto había querido la ciudad de Burgos.
LA ACTUAL COFRADIA DE NTRA. SRA. DE LA SOLEDAD Y SANTIAGO
La actual Cofradía de ntra. Sra. De la Soledad y Santiago se refunda el 20 de febrero de 1944, en la parroquia de Santiago y Santa Agueda, de la ciudad de Burgos.
Toma como referente imagen y ajuares procesionales que fueron cedidos por la Hermandad del Calvario y Santo entierro.
El 16 de febrero de dicho año se firma el decreto de fundación por el arzobispado y el 18 del mismo mes se reúne la comisión de la futura hermandad de la Soledad, con el fin de realizar la preparación de su constitución.
Su primer abad, y por lo tanto párroco de la citada iglesia fue Ricardo Arnaiz Bonilla, siendo el encargado de la elección de la junta.
Posee altar propio que fue costeado por la Srta. López Gómez y los propios cofrades, comenzándose a fraguar el proyecto a partir de 1949, año en el que definitivamente la imagen es depositada en la parroquia.
Hasta esa fecha se guardada en Santiago de la Capilla, en la misma Catedral, desde donde era traída todos los martes santos a Santa Agueda, no sin antes realizar una piadosa estación en el convento de madres Salesas.
Posteriormente, y siguiendo con la ancestral tradición de dar la libertad a un reo, se acercaba a la prisión provincial que antaño se encontraba muy cerca de la iglesia, para solicitar tan antigua clemencia, pues estamos ante el origen de todos los indultos que se puedan celebrar en España, acto que hoy en día la cofradía viene celebrando el Sábado Santo.
El hábito que portan los hermanos, copia el modelo del revestido por los “Caballeros de Santiago” patrón de la cofradía, pero modificado el color por uno más acorde a la advocación mariana que profesa, siendo también su cruz la insignia que distingue a la Hermandad.
Consiste en una túnica negra, de sarga, de complicada y amplia hechura que porta dos mangas, una de ellas bastante mas ancha y con vueltas de terciopelo rojo sangre; cíngulo del mismo color con historiadas borlas; capa de raso en rojo sangre; capirote de raso negro con ribete rojo y guante y zapato negro. La cruz de Santiago campa en el pecho y en el centro del capirote, trabajada en el mismo terciopelo de las bocamangas.
Al principio, cuando los hermanos no llevaban la capa, es decir para los actos propios del templo, se portaba una gola blanca.
Al cuello, y de esmalte rojo, la misma insignia, que allá por 1952 mandaron realizar.
Importante es la vara que porta el Hermano Mayor en los actos propios de la Cofradía, consistente en la Cruz de Santiago cruzada por dos palmas del martirio, obra de Maese Calvo, y realizada en plata, en 1947.
Para las procesiones en las cuales la cofradía sale a la calle el cofrade porta un hachón, siendo el primero que se usó de vela de cuatro pábilos, y que actualmente sigue utilizándose en el primero de sus desfiles
DESFILES PROCESIONALES
Desde 2024, la cofradía ha añadido a sus salidas penitenciales, y como recuerdo de las funciones asistenciales que poseyó, la denominada “Procesión del Santo Cristo de la Buena Muerte”, que discurre a altas horas de la noche el Sábado de Lázaro, por las históricas calles del barrio donde se ubica, inaugurando de este modo los desfiles procesionales de la semana santa burgalesa.
En la misma, y cargando unas arcaicas angarillas de difuntos, porta una imagen histórica de Cristo Yacente, así como una Soledad de devoción popular que es custodiada en el convento de las Hermanas Salesas. Sus gestos nos retrotraen a las antiguas hermandades castellanas, incluyendo una “llamada a la procesión” y cantos del Miserere y el Acto de Contrición.
Igualmente desfila el Viernes Santo en la denominada “Procesión del Santo Entierro”, que parte de la Iglesia Madre, junto al resto de cofradías y hermandades de la ciudad, cerrando la piadosa comitiva.
La venerada imagen es portada en paso de ruedas obra de los burgaleses Bruno Cuevas y Francisco del Hoyo, siendo especialmente emotivo el acto de despedida de María a su hijo, con un canto del “Stabat Mater” al finalizar en el mismo, cuando la urna de plata hace su entrada en la Catedral.
Pero es el Sábado Santo el día más especial, ya que a hombros de costaleros, y sobre las únicas andas antiguas conservadas de la Semana Santa burgalesa, recorre las calles de la parroquia visitando el convento de Hermanas Salesas, y realizando el citado acto del indulto, si el consejo de ministros tiene a bien concederlo, bajo la sede del antiguo Concejo de Burgos, el histórico Arco de Santa María, para después volver a su sede.
HERMANAMIENTOS DE LA COFRADÍA
EN 1946 ESTRECHAMOS LAZOS CON LA MUY ILUSTRE COFRADÍA DE LA PRESIOSISIMA SANGRE DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, DE LA CIUDAD DE MURCIA.
EN 1958 LLEVAMOS A CABO UN HERMANAMIENTO CON LA PONTIFICIA Y REAL HERMANDAD SACRAMENTAL DE NTRA. SRA. DE ROCA-AMADOR, ANIMAS BENDITAS, Y PRIMITIVA COFRADÍA DE NAZARENOS DE MARIA SANTISIMA EN SU SOLEDAD, DE LA PARROQUIA DE SAN LORENZO, EN SEVILLA.
EN 1988 FUE LA COFRADÍA DEL SANTISIMO CRISTO DEL MILAGRO DE ARANDA DE DUERO LA QUE ESTABLECIÓ VINCULOS CON NOSOTROS
EL ÚLTIMO HERMANAMIENTO REALIZADO SE HA LLEVADO A CABO EN MAYO DE 2016 CON LA ARCHICOFRADÍA DE NUESTRA SRA. DE LA SOLEDAD, DE LA PARROQUIA DE SAN JUAN BAUTISTA, DE LA CIUDAD DE CAGLIARI (CALLARI) EN LA ISLA DE CERDEÑA.
NO DEBEMOS TAMPOCO OLVIDARNOS DEL HERMANAMIENTO REALIZADO EN 1955 CON EL REGIMIENTO DE CABALLERIA NUMERO , RESIDENTENTES EN LA ACTUALIDAD EN ZARAGOZA, Y QUE SIGUEN ACOMPAÑANDONOS CADA SABADO SANTO
EL PERDON DEL VIERNES SANTO DE LA CRUZ
Existe en toda España la costumbre de indultar a un reo en estas fechas de Semana Santa, lo que muchos ignoran es que esta piadosa costumbre de nuestros reyes y posteriormente de las instituciones judiciales, fue creada aquí en Burgos por Juan II de Castilla, el Padre de Isabel la Católica, por una ley suya del año 1447, que dio en llamarse “El perdón del Viernes Santo de la Cruz”.
Desde entonces muchos han sido los presos excarcelados, pero tal vez el más importante fue el Capitán General de los Comuneros, quien alcanzó esta benevolencia de manos del Emperador Carlos I, gracias a los buenos oficios cortesanos y diplomáticos del Condestable de Castilla D. Iñigo Fernández de Velasco, tío del encausado.
Sucedió en Burgos en la mañana del Viernes Santo de 1524, el César Carlos acompañado de los principales de su corte pasaba la Semana Santa en el Convento de Fresdelval, el Condestable sabiendo la costumbre del Perdón aprovechó la ocasión para recordársela al Emperador…. contestóle de los muchos pesares que le habían causado a él y a toda Castilla aquellos nobles levantiscos, pero que si Dios Nuestro Señor quería perdonar a Nos y nuestros súbditos de nuestras muchas iniquidades, el otrosí haría perdonando a D. Pedro.”
De esta forma salvó la vida el Capitán General de los Comuneros, de la misma forma que el resto de los burgaleses que habían participado, que ya habían alcanzado la amnistía por una Real Cedula firmada por el Emperador en Burgos el 16 de Diciembre de 1520.”
Texto entresacado del bloc “las crónicas de Yagüe Garcés”
LA IMAGEN DE LA SOLEDAD.
Aunque la cofradía, a lo largo de los siglos ha poseído distintas imágenes de las que ya hemos hablado, la actual fue labrada en 1901 por la “Casa Serra”, taller del conocido empresario catalán Ildefonso Serra, que dejó fuerte impronta en la ciudad.
Fue encargada por la “Hermandad del Santo Calvario” cuya sede canónica estaba en la Parroquia de San Cosme y San Damián, para sustituir a la antigua imagen también “de bastidor”, en los albores de la histórica reorganización de la Semana Santa burgalés, impulsada por una “Junta Reorganizadora del Santo Entierro” que acabó fusionándose con la primera, dando origen a la denominada “Hermandad del Calvario y Santo Entierro”, germen de nuestra actual Semana Santa
Leemos en el acta del 14 de diciembre de 1901de la citada Hermandad lo siguiente:
“…el señor prior en nombre de tan reputada Junta Reorganizadora del Santo Entierro invita a los señores hermanos a que cuando gusten puedan admirar en su casa la imagen de la Virgen de la Soledad…”
La vista al cielo… la cabeza ligeramente inclinada…la boca entreabierta mientras sujeta delicadamente la corona de espinas…varias lágrimas recorren sus mejillas… todo un símbolo de la devoción pasionista de la Capital Castellana.
Se trata de una imagen de bastidor, es decir, para ser revestida, y sigue la tradición de las de las soledades españolas que copian en su estética aquella que mandó tallar la reina Isabel de Valois a Gaspar Becerra, para que fuese colocada en el convento de la Victoria, regido por frailes mínimos, en Madrid, allá por 1565.
Por encargo de la propia monarca, se la aderezó con el traje de su camarera primera, doña María de la Cueva, condesa de Urueña, mujer ya viuda, iniciando de éste modo la tradición de vestir a las Dolorosas como a las viudas nobles del siglo XVI, compuesto por monjil, manto y tocas.
Las transformaciones sufridas por la imagen han sido muy significativas, siendo la más importante la llevada a cabo por el burgalés Eulogio Valladolid, después del incendio sufrido la mañana del domingo 11 de febrero de 1934, durante el triduo de carnaval que se organizaba con motivo de la celebración festiva antesala de la cuaresma, en Santiago de la Capilla en la misma Catedral.
La prensa del momento se hizo eco del infortunado suceso indicando que “…una de las velas cayó encendida al pié de la imagen incendiándose los vestidos de ésta, en tales proporciones que fue preciso arrojarla al suelo para evitar males mayores…” sufriendo destrozos que le afectaron considerablemente, teniendo que consolidar ambas piernas y la peana que tuvo que ser dorada de nuevo, así como el tallado de tres dedos de la mano izquierda y uno de la derecha, el párpado y ceja del ojo izquierdo, la nariz y ambos labios, teniendo que dar un nuevo aparejado y color a toda la imagen. Con ésta estética nos ha llegado hasta nuestros días, siendo restaurada brillantemente en julio de 2018 por Francisco del Hoyo.
LOS VESTIDOS Y JOYAS.
A lo largo de la historia la imagen ha poseído distintos trajes confeccionados con tejidos ricos, pero son los conjuntos con que se le viste para Semana Santa los que más interés despiertan y los que más valor poseen.
El primero de ellos, en terciopelo negro de seda, se mandó confeccionar en 1902 para su primera salida procesional, con delicados bordados en oro, y ya en la época fue motivo de discusión entre la Hermandad del Sto. Calvario y la Junta Reorganizadora del Sto. Entierro, pues siendo propiedad de la primera, la segunda se atribuyó competencias que implicaron a ciertos componentes de la directiva, creándose de éste modo, y para corregir éstos problemas, una hermandad de señoras que a partir de ese momento será la encargada de todo lo referente al exorno de la imagen.
Refundada la actuar cofradía, en 1949 se compra la tela para su ampliación, completando el bordado antiguo las Adoratrices que recibieron por su trabajo 5.000 pesetas de las de entonces.
En 1950 es rematado por las hermanas Salesas, labor realizada por dos religiosas que trabajaran mano a mano en una habitación monacal que acondicionaron para tal fin cegando las ranuras del entarimado con una pasta casera que obligó a levantar todo el suelo una vez acabado el delicado trabajo de arabescos.
El vestido es completado también por las Salesas en 1952, acoplando la toca y mantilla que luce en el juego el día de Sábado Santo.
En 2013 es donado por Aurora Martínez Madruga otro ajuar de terciopelo negro, profusamente bordado en plata dorada por el taller malagueño de Salvador Urdiales, con estética barroca andaluza de gran suntuosidad. Con él, la Soledad desfila el día de Viernes Santo.
La imagen posee un tercer conjunto que regaló en 1915 la camarista Asunción de Mur, y su madre, Filomena Tell. Confeccionado en raso negro, está ricamente bordado en piedras de azabache y cristal, y delicados hilos de oro envejecido.
Como complemento imprescindible para todos ellos, se le colocan dos valiosas piezas.
La primera de ellas, la corona de plata sobredorada y piedras, es el resultado de las donaciones hechas para tal fin por los devotos. El trabajo sale de la mano del importante orfebre Maese Calvo, en 1951.
La segunda, con un alto valor por la calidad de sus materiales, es la Cruz-pectoral que el burgalés Polo diseña por encargo de la cofradía en 1960, fruto de la donación del joyero particular de la dama de la Virgen, María José Royuela Arnáiz.
Texto: Alfonso Díez Ausín
Información
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- Sede Parroquia de Santa Águeda y Santiago.
- Fundación 1944
- Vestuario Se compone de amplia túnica negra de mangas acampanadas con forro de terciopelo rojo en las vueltas, sujeto por la cintura por cíngulo rojo de seda terminado en borlas. Cruz de Santiago en el lado izquierdo del pecho. Capa de color rojo sangre de la misma largura de la túnica y capirote satén negro, con la cruz de Santiago en el pecho. Zapato bajo negro y guantes finos negros.
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- Dirección C/. Sta. Águeda, 12 (09003) Burgos
- Teléfono 947206755